Qué ver en Pozán de Vero
La historia de Pozán está estrechamente ligada al río Vero. Durante más de 40,000 años, los primeros habitantes cazaron animales como caballos, ciervos y cabras, como se muestra en las pinturas rupestres. Desde el Neolítico, la gente comenzó a establecerse fuera de las cuevas en áreas cercanas al río. El yacimiento de la Costera revela estructuras de época íbero-romana, mientras que durante la época musulmana, el río se convirtió en una vía crucial de acceso entre los Pirineos y las tierras controladas por el Islam.
La primera mención de Pozán aparece en 1095 como «Pozsant» en documentos del rey Pedro I, y desde 1543 se menciona como «Pozán de Vero». Durante la Baja Edad Media, su castillo fue reconstruido y el esplendor económico continuó en la Edad Moderna. La expansión del caserío y la construcción de puentes evidencian este desarrollo, junto con la regulación hábil de las aguas del río, que impulsó molinos, batanes y riego, dando origen a la acequia de San Marcos.
Pozán de Vero ha capitalizado su ubicación estratégica y su rica historia para ofrecer turismo de calidad. Rodeada por el río Vero, la localidad alberga una naturaleza variada, incluyendo paisajes ribereños con acequias centenarias y especies de aves. Los montes albergan viñedos de la Denominación de Origen Somontano.
Además de su entorno natural, Pozán de Vero brinda un viaje cultural y histórico, reflejando la influencia islámica y la destreza de los constructores del Somontano. Sus calles muestran casas antiguas construidas en tapial, piedra y ladrillo desde el siglo XVI, algunas con portadas geométricas del siglo XVIII y bodegas centenarias. La Iglesia parroquial de La Asunción, de estilo barroco, fue edificada en el siglo XVIII y exhibe elementos formales del último barroco en su interior.