Ontiñena, una población en la provincia de Huesca, se encuentra en una posición elevada sobre el río Alcanadre. En la comarca del Bajo Cinca, Ontiñena abarca tanto el secano como la ribera, conectando tierras áridas con huertas que prosperan gracias a las aguas del río Matapanizos.

Restos arqueológicos se han descubierto en las márgenes del río en lugares como El Puntal y El Juncal.

El castillo prerrománico, modificado por árabes y templarios, antecede a las casas que rodean Ontiñena. La iglesia parroquial de Santa María la Mayor y la Natividad, construida por los templarios en el siglo XIII, reflejan la rica historia de la villa. Ontiñena, mencionada por primera vez en 1089, tuvo un papel crucial en la reconquista del valle del Cinca.

La vegetación mediterránea y ribereña se presenta en Ontiñena, con pinares, sabinas y matorrales en las áridas tierras de la Sierra de Ontiñena, así como choperas y frutales en las riberas del Alcanadre.

La fauna también muestra diversidad, desde insectos como arañas y mariposas hasta reptiles como lagartos y culebras. Diversos mamíferos y aves habitan la zona, incluyendo especies como conejos, zorros, cigüeñas, búhos y águilas.

El río Alcanadre alberga peces como carpa, barbo y anguila, además de algunas nutrias y cangrejos.

En cuanto a la gastronomía, Ontiñena ofrece platos tradicionales como las farinetas hechas con harina de maíz, cocido, albóndigas, tortilla de patata, arroz con conejo y postres como arroz con leche y almendras garrapiñadas. La tradición de preparar pan y dulces en casa también perdura en la única panadería local.

Ontiñena es un enclave que combina historia, naturaleza y sabores auténticos en el Bajo Cinca.