Olvena, situada en lo alto de riscos, se caracteriza por su famoso congosto en el río Ésera, al que se accede por un moderno puente y un antiguo puente romano llamado del Diablo. Olvena fue una plaza fuerte en la época romana y tiene ricos vestigios prehistóricos, como la Cueva del Moro. Su antiguo castillo aún se aprecia en la zona alta junto a una ermita medieval con saeteras.

Aunque es la localidad más pequeña en la Comarca de Somontano de Barbastro, su término municipal incluye un espectacular congosto, declarado Lugar de Interés Comunitario (LIC). Este cañón kárstico tallado por el Ésera tiene sotos de ribera, bosques de encinas y quejigos, y una diversa fauna y flora rupícola.

La carretera N-123 atraviesa este cañón de 300 metros de profundidad. Los procesos kársticos han formado cuevas como la Cueva del Moro, con restos de la Edad del Bronce.

Olvena se alza sobre un acantilado rocoso. Su congreso es una impresionante formación en la roca del Ésera y presenta un paisaje de casas en calles estrechas y sinuosas que se adaptan al terreno.

La iglesia parroquial, dedicada a la Purificación de Nuestra Señora, es un modesto edificio del siglo XVII con bóvedas de crucería estrellada. La localidad también muestra expresiones románicas a través de una pequeña ermita del siglo XII.

Los alrededores de Olvena cuentan con la Cueva del Moro, con vestigios que datan del Neolítico y presencia de murciélagos de herradura, enriqueciendo el patrimonio arqueológico de la comarca.

Olvena destaca por sus puentes medievales, el Puente del Diablo y el Puente de la Sierra. Su entorno natural y su patrimonio histórico hacen de Olvena un lugar atractivo para explorar.