Este recorrido de ascenso es largo y presenta una dificultad considerable, ideal para excursionistas experimentados. Al llegar al alto de la mina, se pueden observar las galerías de ventilación y la boca de la mina, situada a 250 metros por debajo. Aunque la entrada es de fácil acceso, el interior de la mina presenta ciertos riesgos, especialmente si no se cuenta con la iluminación adecuada. Es fundamental extremar la precaución dentro de la mina, ya que a la derecha se encuentra una galería vertical con una caída de más de 10 metros hasta el nivel del agua, sin posibilidad de salida en caso de accidente.

Continuando la ruta, se pasa por la escombrera de la casa de la mina, un punto que marca el progreso en la ascensión. Desde allí, el camino sigue hasta la cima de la Peña, que se eleva a 920 metros sobre el nivel del mar. Al alcanzar este punto, los excursionistas son recompensados con unas vistas impresionantes que abarcan todo el valle del Jalón y del Manubles.

Las panorámicas desde la cima son espectaculares, permitiendo contemplar la extensión del paisaje en todas direcciones, con una mezcla de montañas, valles y formaciones rocosas que crean una vista majestuosa. Este tramo final del recorrido, aunque exigente, ofrece un cierre memorable a una ruta que combina desafíos técnicos con la belleza natural de la región. Se recomienda a los aventureros estar bien preparados, tanto en equipamiento como en condición física, para disfrutar plenamente de esta experiencia única en un entorno de gran valor paisajístico y patrimonial.