Qué puedes ver en Castillo de Sádaba

Enclavado en la frontera Navarra y también conocido como el de Los Bañales, el castillo se Sádaba forma este año parte del Festival de los Castillos que recorre monumentos de Aragón llenándolos de vida y música.

Abierto al público en 2003 después de años de restauración las obras aún no han finalizado ya que el ayuntamiento es muy consciente de la necesidad de mantener y mejorar el monumento, considerado una de las joyas de la comarca de las Cinco Villas.

Situado en un alto rocoso a orillas del río Arba el acceso es sencillo, gracias a que puedes llegar casi hasta su puerta con tu vehículo. Una vez allí te encontrarás con un castillo muy diferente a los típicos defensivos que se pueden ver en la provincia. Sin torre del homenaje, ni foso, su defensa se escondía en el grosor de sus muros, sus almenas y el modo de acceder en recodo tan propio de las construcciones árabes.

Historia

El castillo actual poco tiene que ver con el que edificó Alfonso I en 1125. La zona de Sádaba fue repoblada en el siglo XI por lo que se cree que, aunque hubo un castillo previo, el actual se construyó al inicio del XII cuando el tenente de la llamada Sádaba Nueva era Fernando de Leret.

El primitivo pueblo de Sádaba sí creció alrededor del castillo pero en el siglo XV cruzó el río Riquel y se asentó en su otra orilla, de ahí el nuevo nombre de la zona.

En 1244 el sucesor de Fernando de Leret, Teobaldo I, cedió tanto la villa como su castillo a Fortanet y en 1261 pasó a ser propiedad de Aragón.

Está documentado que durante un tiempo el castillo estuvo gobernado por la Orden de San Juan y así queda constatado por la cruz de Malta que es visible en la puerta de la capilla del patio.

Su estado de abandono fue el resultado de haber sido testigo de primera mano de distintas guerras y conflictos acaecidos desde su edificación. Desde que la administración se puso al frente de él, ha sido restaurado y se mantiene en perfecto estado de conservación al estar, además, protegido por la Declaración de Patrimonio Histórico.

Su recuperación ha propiciado que actualmente se organicen en él exposiciones y actividades culturales, como ser parte del Festival de los Castillos de Aragón.