Lugar de referencia del pueblo donde confluyen varias de sus calles, la Plaza Mayor, nos asombrará con su conjunto de edificios y sus balcones floridos. Pero sin duda, destacaremos la Colegiata de San Pedro Apóstol, un claro ejemplo del gótico aragonés del siglo XVI, la cual cuenta con antecedentes románicos y renacentistas. Además, está considerado uno de los templos más grandes de la provincia de Huesca, teniendo especial relevancia su bóveda de crucería y la sillería de coro con 27 asientos de nogal de estilo barroco. Después de ver su interior, es el momento de sentarse en cualquier restaurante de la plaza y tomar algo rodeado de esta bonita arquitectura civil.

Concebido como un castillo defensivo en el siglo X, debido a su emplazamiento en lo alto del valle, es considerada una de las primeras fortalezas cristianas del Sobrarbe. El castillo es una fortificación de planta irregular y cuenta con una torre vigía hexagonal, además, tiene una disposición clara de defensa, como muestra de ello, su puerta principal está situada en el área del acantilado. La falta de rentas y la existencia de la fortaleza de Aínsa, llevó a su posterior abandono y ruina. Alrededor de este castillo han surgido historias vinculadas a brujas y rituales paganos de invocación a Lucifer. Un lugar mágico que no hay que perderse.

Su situación privilegiada a orillas del río Ara le permite gozar de un espacio natural privilegiado como la Gorga. En él, se emplaza una piscina natural de aguas limpias y de un color turquesa. Su acceso es fácil por cualquiera de sus orillas, al estar acondicionado tanto para personas mayores como para niños. En verano suele estar especialmente concurrido como refugio ante las altas temperaturas. En cualquier caso, disfrutar de un buen baño rodeado de bosques y naturaleza siempre merecerá la pena.

Bordeando el río Ara, encontraremos varias ermitas en ambas márgenes, como por ejemplo, la bonita ermita de Santa Lucía, la cual está situada en lo alto del pueblo, por el mismo camino que va a parar al castillo. También hay que mencionar el antiguo Monasterio del siglo XVII de Boltaña, el cual ha sido reconvertido en un maravilloso hotel-balneario con vistas a los Pirineos, a los pies del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, un lugar privilegiado en el que alojarse.

Boltaña propone varias rutas por la zona, empezando por la ruta circular, con idílicas balsas turquesas de agua, las cuales nos encontraremos por los caminos como las Pozas de San Martín o la del Chinchiringoy, hasta que finalmente lleguemos a la curiosa cascada del Confesionario, también conocida como el «Coñoelmundo». De manera similar, la ruta hacia el pico Nabaín desde Boltaña, la cual pasa por Foz de Jánovas, transcurre por un bonito sendero con unas buenas vistas, salvando un desnivel importante de 1100 m, antes de llegar a conquistar la cima.