En los alrededores de Lecina, se encuentran vestigios de una historia milenaria, ya que es en este lugar donde se descubrieron las primeras pinturas rupestres de la provincia de Huesca. Estas magníficas muestras de arte paleolítico fueron reconocidas como Patrimonio de la Humanidad. Entre los abrigos y cuevas destacan la cueva del Trucho, con sus fascinantes pinturas paleolíticas, y la cueva de la Mallata, que alberga impresionantes representaciones esquemáticas del paleolítico.

Además, en diferentes puntos del término municipal de Barcabo, podemos encontrar más vestigios que nos hablan de la antigua historia de estos pueblos. Por ejemplo, en Bárcabo mismo se encuentran los yacimientos arqueológicos de Huerto Raso, que nos revelan la presencia de antiguos asentamientos. Cerca de Almazorre, se halla la Cueva de la carrasca, donde se han descubierto restos de la Edad de Bronce, y el dolmen de Caseta de las Balanzas, un monumento megalítico que testimonia la existencia de pobladores en tiempos remotos. Además, en las cercanías de Eripol, se han desenterrado restos prehistóricos en la Cueva de las brujas.

En cuanto a su patrimonio arquitectónico, destaca el castillo de Hospitaled, cuya construcción se estima que tuvo lugar a finales del siglo X. Los registros históricos nos indican que en 1142, Bárcabo pertenecía a don García, y posteriormente, entre 1285 y 1291, el rey Alfonso III de Aragón lo vendió a Alfonso de Castronovo. Estos datos nos permiten vislumbrar la importancia y el trasfondo histórico que envuelve a esta fascinante localidad.