La historia de Palo se remonta a la Edad Media, con una mención documental entre 1017 y 1034 en una donación a la Catedral de Roda por Sancho III el Mayor. La iglesia románica de San Climent, construida en el siglo XI, destaca en lo alto de un cerro. A mediados del siglo XIX, surgió interés por yacimientos de carbón mineral en la zona. El pueblo posee un interesante patrimonio artístico, incluyendo la iglesia parroquial de San Martín, el santuario de Nuestra Señora de Bruis y la iglesia románica de San Climent.

La iglesia de San Martín, ejemplo de gótico tardío, se encuentra en la parte superior del pueblo, con un crucero en frente que es un Bien de Interés Cultural. La ermita de San Climent, de estilo románico lombardo, se accede a pie desde el oeste del pueblo y fue restaurada recientemente. El santuario de Nuestra Señora de Bruis, construido entre los siglos XVI y XVII, alberga la imagen de la Virgen de Bruis y dispone de instalaciones modernas.

En cuanto al patrimonio civil, Casa Viú destaca por su puerta de entrada y escudo tallado, y Casa Boticario es un edificio de gran tamaño construido en 1821. En términos de naturaleza, el valle de La Fueva, donde se encuentra Palo, ofrece paisajes espectaculares con planicies para la agricultura y la ganadería. El municipio forma parte del Geoparque Sobrarbe-Pirineos, declarado por la Unesco, y muestra un hermoso mosaico de campos y praderas en las sierras circundantes.

Palo es un lugar con una rica historia medieval y un patrimonio artístico y cultural que incluye iglesias, ermitas y casas de notable interés. La belleza natural y su inclusión en el Geoparque lo convierten en un destino atractivo para quienes buscan explorar la historia y la naturaleza del Pirineo aragonés.