Con una rica historia que abarca más de un siglo desde su declaración en 1918, el Parque Nacional del Valle de Ordesa se erige como la puerta de entrada a este enclave natural protegido, siendo el 2º de su clase en España. Durante 1982, su extensión fue ampliada para abarcar los valles de Añisclo, Escuaín y Pineta. Destacando el majestuoso macizo de Monte Perdido con 3355 m como el más alto de Europa, coronado por las cimas de las Tres Sorores.

El parque abarca altitudes que oscilan entre los 700m del río Bellos y los imponentes 3355m de la cima de Monte Perdido. Con una extensión total de 15,696 ha y una Zona Periférica de Protección de 19,196 ha, se distribuye íntegramente en la comarca de Sobrarbe, abarcando los términos municipales de Bielsa, Fanlo, Puertólas, Tella-Sin, Torla-Ordesa y Broto.

Dentro del Parque destacan una gran variedad de fenómenos kársticos como cañones, simas y grutas, así como el icónico Monte Perdido. Su variada geografía comprende distintos pisos bioclimáticos, albergando especies como carrascas, hayedos y pinares, así como prados subalpinos y alpinos. Además, la presencia de glaciares añade otro elemento distintivo a este entorno maravilloso.

Ubicada en el corazón del pueblo, la iglesia de estilo románico, destaca por su belleza formando parte de la ruta jacobea. Aunque sufrió una reconstrucción en el s.XVI, conserva elementos notables de su arquitectura original. Su pórtico y la torre, que se apoya en una de las 3 naves, son dignos de admiración. Es un punto de referencia para los visitantes, los cuales capturan el encanto del edificio para el recuerdo. Su majestuosidad se ve realzada por el telón de fondo que ofrece el imponente macizo de Mondarruego, creando una estampa inolvidable la cual simboliza la identidad de Torla-Ordesa.

El Puerto de Bujaruelo también servía como ruta para los peregrinos que, procedentes de diversas regiones de Francia, se encaminaban a Santiago de Compostela, eligiendo este paso para su travesía a pie.

El Puerto de Bujaruelo también servía como ruta para los peregrinos que, procedentes de diversas regiones de Francia, se encaminaban a Santiago de Compostela, eligiendo este paso para su travesía a pie.

El primer hospicio-refugio medieval de San Nicolás de Bujaruelo fue erigido por los monjes de San Benito y posteriormente formó parte de la Orden Hospitalaria de los Caballeros de San Juan de Jerusalén. En las proximidades del mesón y la iglesia de San Nicolás se alza un puente sobre el río Ara.

Ubicada junto a la iglesia del s. XVI, sobre la capilla central de la cabecera. Consta de un solo cuerpo y diversas alturas en su interior, siendo el acceso desde adentro a través de una escalera. De este conjunto arquitectónico destacado, solo la torre, sobresale por su carácter defensivo, siendo reconocida y declarada Bien de Interés Cultural.

El entorno natural en el que está emplazado Torla-Ordesa nos da infinidad de opciones para disfrutarlo, desde una pequeña paseo por la naturaleza, hasta la ruta más exigente, deportes de agua en el río, barranquismo, excursión 4×4, cicloturismo y btt, sin olvidarnos en temporada de nieve con excursiones con raquetas o snowkite. Ahora solo te toca elegir lo que más te apetezca.

El carnaval de Torla-Ordesa es una festividad destacada, donde el protagonista es el «carnabal», una figura mitad oso, mitad macho cabrío, encarnada por un joven de la localidad que en los días previos, merodea por el pueblo hasta ser capturado por el «tenedor», una suerte de cazador. Atado, es paseado por el pueblo, intentando huir y asustando al público con su aspecto feroz. Un tribunal llamado «de la Santa Inquisición», compuesto por un juez y representantes del clero, lo juzga y lo condena a muerte. Además, el carnaval se caracteriza por dichos y anécdotas locales que provocan risas, especialmente entre los habitantes de Torla-Ordesa, quienes conocen a los protagonistas.