Los siglos de mayor auge de la villa fueron el XII y el XIII. Es a esta época a la que pertenece la Plaza Mayor. Una muestra de ello es la gran dimensión que tiene. Eso y que sus edificios originales se conservan a la perfección la convierten en una de las plazas medievales más bonitas del país. Todavía conserva restos de la primera muralla, el Portal alto y el Consistorio. Algunos detalles en los que debéis fijaros son sus porches laterales. Los arcos de medio punto se suceden armónicamente, aunque todos los ojivales son distintos. Por todo esto es también el lugar elegido para celebrar ferias y mercados.

Es uno de las mejores construcciones de estilo románico de todo el Alto Aragón. Destaca por su sobriedad decorativa. Se levantó entre el siglo XI y XII. El románico y el gótico se aúnan en su precioso claustro. Cinco arquivoltas sobre columnas y capiteles conforman la portada principal, en el muro meridional. En alguno de ellos podréis observar letras invertidas que son una leyenda todavía sin descifrar. También veréis en la portada un crismón empotrado. En cuanto a la construcción, se trata de una nave rectangular, con tres partes separadas por pilastras adosadas a la pared. También en el altar encontraréis un crismón del siglo XI, que pertenecía a la Iglesia de San Salvador. Se trata de una talla del siglo XIV de la Virgen, dorada y perteneciente al pueblo de Tricas. En ella aparece con el Niño sentado en sus rodillas. Ambos con corona y como si le estuviera bendiciendo. El claustro está al lado de la iglesia, cuenta con tres lados románicos y dos góticos que pertenecen a los siglos XIV y XV.

Si venís a Aínsa es obligatorio visitar los restos de su castillo, un espectacular escenario donde cada verano se celebra el Festival Internacional de Música Castillo de Aínsa. También podéis ir al Ecomuseo de la Fauna Pirenaica, en la torre del homenaje. El castillo de Aínsa es del siglo XI y XVII, es decir, su construcción fue el resultado de varios siglos pero, sin embargo, no conserva demasiados elementos del original edificio románico. La Torre del Tenente, su gran patio de armas y un portalón que da acceso a la plaza Mayor son algunos de sus elementos más destacados.

Lo encontraréis en el casco antiguo de la localidad. Se trata de la Casa Latorre, una vivienda tradicional. Es un viaje en el tiempo para conocer cómo se vivía en el Pirineo hace tan sólo unas décadas. Podéis contratar una visita guiada si lo preferís. Cuenta con una de las colecciones etnográficas más relevantes de la zona, con piezas únicas sobre artes y oficios tradicionales. Aquí encontraréis las herramientas tradicionales que los artesanos de la zona utilizaban hasta hace no tanto para trabajar en sus talleres. También objetos que ellos mismos producían. Esta casa del siglo XVI acoge el taller del herrero, con el yunque y la fragua; la madera, la serrería y el taller del carpintero; la alfarería tradicional, la hojalatería o la cestería.

Además, aquí podrás conocer cómo eran los utensilios con los que los habitantes de los valles y montañas hacían vida normal. Pero no es el único museo que hay en Aínsa. También podéis aprender sobre la Fauna y la Flora Pirenaica en el Eco Museo-Centro de Visitantes del Castillo de Aínsa, también ubicado en el casco antiguo de la villa. Una exposición guiada por un informador sobre aves rapaces que no pueden vivir en libertad. La visita se lleva a cabo a través de un túnel de observación con cristales que os permiten contemplar las aves sin molestarlas. Además de informarte sobre la naturaleza y espacios protegidos de la zona, puedes realizar una visita guiada al medio rural.

Al estar ubicada en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, Aínsa se ofrece al visitante como un lugar privilegiado desde el que realizar excursiones y rutas tanto senderistas como en bicicleta. Tenéis muy opciones naturales muy variadas para visitar, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque Natural Posets-Maladeta o el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara. Merece la pena que visitéis la oficina de turismo para que os recomienden cuál es la mejor ruta en función del grupo que vayáis y del tiempo que os haga. Aun así estas son algunas opciones:

Ruta corta.
Es una caminata crucera de unos 30 minutos aproximadamente. El punto de inicio se encuentra en el Parking del Castillo de Aínsa y la distancia es de 1,5 kilómetros. Por lo que es muy sencilla. De desnivel son 33 metros. Al llegar encontraréis unas vistas impresionantes Del Valle del Cinca, del Pirineo y del pueblo viejo de Aínsa.

Ruta larga.
Obtendréis las mismas vistas espectaculares, pero dando un poco más de vuelta. En este caso la ruta se alarga 4 kilómetros, parte también del Parking del Castillo de Aínsa y dura aproximadamente 1 hora y media. Aquí hay 115 metros de desnivel, pero sigue siendo una opción fácil de realizar. San victorián y la espelunga. Esta es una Tura lineal de ida y vuelta que puede durar desde una hora y media hasta dos horas. Se sale desde el Monasterio de San Victorián, para recorrer una distancia de unos 3,8 kilómetros con 200 metros de desnivel. San Victorián es el monasterio más antiguo del que se tiene documentación, es originario del siglo VI. Está emplazado en la preciosa Peña Montañesa. También se recomienda pasear hasta la ermita rupestre de La Espelunca (Sendero PR).

Cerro de Cotón desde Aínsa.
Partimos desde el puente del Río Ara con el objetivo de alcanzar las espectaculares vistas que ofrece el Cerro de Cotón. Con 8 kilómetros y medio y 250 metros de desnivel, esta ruta circular dura entre 2 horas y media y 3 y es de dificultad media.