Así como la Torre Eiffel lo es para París o el Big Ben para Londres, la Ciudadela pentagonal es para Jaca un icono. Uno de esos lugares que todo buen turista se lleva de recuerdo en una fotografía. En 1592 comienza a construirse esta fortificación militar y terminar en el siglo XVII. El objetivo de La Ciudadela de Jaca es proteger los puntos estratégicos de la frontera con Francia y frenar los enfrentamientos entre protestantes y católicos que han habían surgido en Europa. Felipe II fue quien ordenó construirla. El italiano Tiburcio Spanochi, fue el ingeniero encargado de llevarla a cabo. Decidió ubicarla en unos terrenos extramuros y utilizó un modelo arquitectónico propio del estilo militar, con muros más gruesos y bajos, taludes y espacios específicos para cañones.

Cuenta también con un foso de dos alturas, que actualmente es el hábitat para algunos ciervos. La entrada está presidida por el escudo heráldico de los Austrias. En cada ángulo de este pentágono hay un baluarte en forma de flecha. Todos ellos están comunicados por un camino de ronda cubierto. El gran patio de armas, delimitado por una arquería de dos niveles, se ubica en el interior, en el centro. También hay una pequeña iglesia en honor a San Pablo. Su portada barroca está flanqueada por columnas de fuste salomónico. La Ciudadela alberga además el Museo de Miniaturas Militares.

Es una jota del románico y una referencia fundamental para los peregrinos del Camino de Santiago. En 1931 fue declarada Monumento Nacional y en 1985 Bien de Interés Cultural. Sus años de historia y su influencia en el románico español lo convierten en uno de los más importantes monumentos del románico en la Península. Tanto dentro como fuera de la edificación podrán observar el destacado ajedrezado y las bolas jaquesas. En 1077, el rey Sancho Ramírez nombra a Jaca capital del Reino de Aragón. Es entonces cuando comienza a construiste la catedral, en pleno estilo románico. Surge la necesidad de crear una nueva sede episcopal. Esa primera fase de construcción concluye con el reinado de Alfonso I, en 1139 La planta de la Seo jaques está conformada por tres naves separadas por arcos de medio punto, que cuentan con sus ábsides y un gran pórtico, la lonja mayor. Ahí se encuentra la portada principal y su tímpano con crismón trinitario.

En 1970 fue cuando se inauguró este museo de arte sacro medieval. Por un lado, sirve de testimonio de fe de la Diócesis de Jaca y por otro, es un punto de interés cultural del Alto Aragón. En la década de 1960 se hallaron varias pinturas murales medievales en iglesias y ermitas de la diócesis. Esas piezas de estilo gótico y románico dan forma a la exposición fundacional del Museo. En 2003 se llevan a cabo unas obras, el museo se cierra y se elabora un nuevo proyecto que pretende adaptarse a las necesidades del siglo XXI. Reabre sus puertas en 2010. El entorno que alberga esta exposición, su ubicación, el claustro y otras dependencias ya es, en sí mismo, digno de contemplación. El conjunto de la iglesia de Los Santos San Julián y Santa Basilisa de Bagüés es la gran obra maestra de los murales, calificada por algunos como “La Capilla Sixtina de Románico”. Por su belleza y expresividad, destaca por ser uno de los mayores conjuntos de pintura románica.

Te recomendamos esta excursión porque la Peña Oroel es una cumbre con no demasiada altitud, pero muy popular por tener mucha personalidad y ser muy familiar. Puede verse desde cualquier punto de la ciudad. La ruta empieza y termina en el Parador de Oroel, cerca de Jaca. Hay una explanada donde podréis dejar aparcado el coche. Se trata de un recorrido circular que asciende a la Peña Oroel, donde encontrarás unas vistas magníficas de la zona. Hay que subir por la ruta clásica. Después caminaremos por su cómodo cordal hasta la punta más Oriental. El descenso será por la bonita Senda de los Lobos. Son algo más de 11 kilómetros con un desnivel de 716 metros, que no presenta grandes dificultades.