Artieda es un encantador pueblo con un casco urbano bien conservado, calles empedradas y monumentos notables. La Iglesia de San Martín, de origen románico, es un destacado elemento histórico. La hospitalidad de sus habitantes hace que los visitantes se sientan como en casa y puedan disfrutar de la belleza natural del entorno agrícola y ganadero.

La iglesia parroquial de Artieda, dedicada a San Martín, tiene una historia que abarca desde el siglo XII al XVI, con cambios y evoluciones a lo largo de los años. Presenta una única nave y una torre cuadrada con campanario. En su interior, se pueden encontrar elementos románicos, como un ábside semicircular, así como capillas añadidas en el siglo XVI. Los retablos y objetos de orfebrería datan principalmente de los siglos XVI y XVII. La iglesia es un reflejo de la historia de Artieda, que se fundó en 1276 y se convirtió en merindad de Jaca en 1387.

En cuanto a su patrimonio romano, se han descubierto yacimientos en la zona, incluyendo la ermita de San Pedro y parte de una antigua calzada romana. En la década de 1960, se iniciaron excavaciones que revelaron importantes hallazgos, como mosaicos, cerámica y columnas, que se encuentran en el museo provincial de Zaragoza.

Un edificio emblemático es la Casa de los Diezmos, que data del siglo X y fue una donación real. La localidad de Artieda, en su origen, tenía un título de realengo, lo que añade a su historia.

Además, Artieda se ha convertido en un punto de interés en el Camino de Santiago, y se ha musealizado una torre junto a la Iglesia de San Martín para ofrecer una experiencia interpretativa de este camino. Cada planta de la torre representa una estación del año y una etapa de la vida humana, desde la infancia hasta la vejez, simbolizando el recorrido del Camino de Santiago y la vida de los peregrinos.

Recientemente, se han realizado excavaciones en el Forau de la Tuta, revelando estructuras de una ciudad imperial romana desconocida en la región, con necrópolis y mosaicos únicos. La réplica de uno de estos mosaicos se exhibe en la Torre Museo de Artieda.

Artieda es un pueblo en lucha por su patrimonio y entorno natural debido a la amenaza del recrecimiento del embalse de Yesa, pero su comunidad activa y emprendedora ha mantenido una vida socioeconómica envidiable. Su ubicación en la frontera entre Navarra y Aragón y entre las provincias de Huesca y Zaragoza le otorga un carácter único y un papel importante en la historia regional.