El nombre de Alcolea tiene origen árabe y aparece por primera vez en 1089 como Alcolegia, derivado del artículo árabe «al» y el nombre «caliza» en diminutivo, haciendo referencia a un castillo o fortaleza.

Durante la dominación musulmana, Alcolea experimentó una influencia significativa en todos los aspectos de la vida. Durante 400 años, hubo una asimilación de la cultura musulmana que tuvo un impacto tanto positivo como negativo. La agricultura floreció, especialmente en las huertas de Alcolea. El trazado arquitectónico del pueblo es de estilo árabe, con calles estrechas con arcos, callejones sin salida y casas construidas con ladrillos y puertas pequeñas.

Alcolea fue conquistada por los cristianos en 1102 y luego hubo una presencia judía hasta 1414. En 1558, el señorío de Alcolea pasó a la Casa de Alba. El edificio del Ayuntamiento actualmente albergaba las antiguas cárceles, el almudín, las escuelas, el horno y la lonja bajo el dominio del duque.

La mayoría de las casas señoriales de Alcolea datan de los siglos XVII y XVIII y presentan escudos de armas en sus fachadas. La Iglesia Parroquial, construida en ladrillo en el siglo XVIII, es de estilo renacentista aragonés, con tres naves separadas por pilastras estriadas y varias capillas laterales. Tiene decoración estucada de inspiración neoclásica, una cúpula semiesférica sobre el crucero con una linterna para iluminación. Además, cuenta con un amplio pórtico y una torre o campanario con un capitel bulboso, donde actualmente anidan numerosas cigüeñas.