Albalate de Cinca

Huesca

Albalate de Cinca

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Qué ver en Albalate de Cinca

Albalate de Cinca, a simple vista, se presenta como una encrucijada de caminos, un lugar de paso obligado y punto de encuentro. El origen de su topónimo es completamente árabe, compuesto por el artículo «al» y el sustantivo «bal’lata», que significa «el empedrado» o «camino enlosado». La raíz de esta palabra es «balatatu» (la losa), derivada del verbo «bal’latta» (pavimentar). «Balatatum» o «bal’latta» se refiere a un pavimento de grandes losas de piedra utilizado en caminos municipales o imperiales.

Es probable que, con la llegada de los musulmanes a Albalate, se encontraran con un antiguo camino empedrado que atravesaba la población, con un origen que seguramente se remonta a la época romana, y lo nombraron para siempre como Al-Ba’lata. La primera mención documental del nombre de Albalate se encuentra en 1089, en el Libro Verde de la catedral de Lérida, como un punto de referencia en el reino de Monzón.

En su territorio municipal se han descubierto restos de épocas antiguas, especialmente en la villa o torre Novales, donde se han encontrado mosaicos similares a los de la villa Fortunatus en Fraga. Aunque Albalate cuenta con estos vestigios romanos, como lo demuestran los valiosos mosaicos hallados en su territorio y cedidos al Museo Provincial de Huesca, su nombre actual deriva de la cultura árabe. Su primera mención documental como Albalate está asociada al nombre de Fortum Dat en el año 1101, su primer teniente conocido después de la conquista del lugar por parte del rey Pedro I de Aragón. El cabildo de Lérida en 1168 recibía los diezmos de la parroquia de San Martín.

De la época medieval destaca el antiguo palacio señorial de los Eril, que luego pasó a los Moncada y a las Espés-Ayérbe, quienes ostentaron títulos de barones. En este edificio falleció el obispo de Zaragoza, don Juan de Aragón, en el año 1475. En el territorio de Albalate se encontraba el monasterio cisterciense de Fonclara, cuyos restos han sido recientemente excavados en la propiedad de Paulino.

Este monasterio tuvo actividad desde 1223 hasta principios del siglo XV, cuando fue trasladado a Santa María de Huerva en Zaragoza. También hubo otro convento en Albalate, el de los frailes de San Francisco de Paula.

Entre los ilustres hijos de Albalate se encuentra Pedro de Albalate, al parecer monje de Fonclara y luego obispo de Lérida (1236-1238), y finalmente arzobispo de Tarragona (1238-1251). También destacan el tenor Miguel Fleta (1897-1938), quien cuenta con un monumento erigido en su honor, y cuya lápida dice: «Aquí nació Miguel Fleta, gloria de la lírica española. La villa de Albalate de Cinca, su patria y la Diputación Provincial de Huesca, noviembre de 1978». También se mencionan al general Soláns y al científico Buenaventura Andreu como destacados hijos de la localidad.

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