La localidad, inicialmente fundada por los romanos bajo el nombre de Forum Gallorum, fungía como centro comercial junto al río Sotón, donde construyeron un puente cuyos sillares subsisten. Pasó por diferentes etapas históricas.

En 1092, Sancho Ramírez y su hijo Pedro se encontraron con el Cid Campeador en este lugar, resultado de la alianza entre ambos tras la intervención del Cid para ayudar al rey moro Mostain de Zaragoza. La paz pactada perduró hasta la conquista de Sancho Ramírez, quien confió la repoblación a su hijo Pedro.

En 1134, Alfonso I cedió Gurrea y su castillo a Ximén Pérez de Murillo como recompensa por su rol en la batalla de Fraga. Esto dio inicio a la baronía, pasando luego a manos de familias poderosas como Jimeno López y Lope de Gurrea.

En el poema épico «La Canción de Roldán,» se relata que las tropas de Oliveros se refugiaron en el castillo Gurrea, expulsando a los sarracenos y sepultando a sus muertos en el valle.

A lo largo de la historia, los habitantes de este lugar han participado en eventos significativos, como resistir a las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia y defender la República en la guerra civil contra el golpe militar. La iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, con influencia románica y modificaciones neoclásicas, es un elemento arquitectónico destacado.

En el casco antiguo, resalta la Casa del Valenciano con una puerta de grandes dovelas datada en 1766 y una arcada enmarcada por guardapolvo de 1765. Se conservan sillares y fragmentos de un antiguo puente romano sobre el río Sotón. La obra hidráulica llamada «La Mina,» construida en el siglo VII, desvía las aguas del río Sotón para el riego de la Huerta Alta.

Además, se encuentran vestigios de un posible asentamiento íbero llamado Gazaperas. En el monte Pilatos, las trincheras y fortificaciones de la Guerra Civil han sido restauradas, destacando como testigos de este conflicto histórico.