Es un castillo de estilo gótico, y tiene sus orígenes en los siglos XI y XII. A lo largo de la historia ha sido objeto de diversas modificaciones estructurales, pasando de ser un castillo torre a tener un castillo gótico adosado, de planta rectangular; cuenta con dos patios, matacán sobre la puerta de acceso, capilla, una segunda torre, más alta que la original y una muralla perimetral almenada, con saeteras defensivas. El Castillo de Grisel fue objeto de una restauración general, que tomó 30 años y lo devolvió al esplendor de sus mejores épocas. Actualmente funciona como hotel, y está a cargo del reconocido escritor Luis Zueco.

La Iglesia parroquial de la Asunción, de estilo mudéjar, es la principal del pueblo, data del siglo XVI y fue construida con ladrillo y tapial. Se entra en ella a través de una puerta enmarcada en una triple rosca, coronada por un óculo. Su interior es de una sola nave y entre sus contrafuertes hay capillas con diversos retablos, dedicados a San Roque, la Virgen de la Huerta, La Inmaculada y Santa Bárbara. Pero es el retablo dedicado a la asunción de Nuestra Señora el más destacado del templo.

La ermita de Samangos es lo único que queda en pie de un antiguo pueblo, llamado Samangos, que se encontraba a tres kilómetros de Grisel. Inicialmente estuvo habitado por pobladores musulmanes, luego convertidos al cristianismo, llamados Moriscos luego de la conversión, y cuya expulsión de España en el año 1609 fue el punto de quiebre para que el pueblo fuese desapareciendo paulatinamente hasta que sólo quedaron restos de las casas. La ermita fue reconstruida entre los años 2009 y 2010.

Es un pozo cuyo nombre deriva de la palabra árabe “ayn”, que significa manantial. Es una depresión en la roca, originada en el siglo XVI. Está al oeste de Grisel, entre este pueblo y el monte de la Diezma o Ciesma; se encuentra a 643 metros de altitud sobre el nivel del mar y tiene 22 metros de diámetro por 23 metros de profundidad. Es una sima caliza y sus paredes están recubiertas de una frondosa vegetación producto del agua subterránea, convirtiéndolo en un hermoso e interesante paisaje.

El monte de la Diezma es una elevación de 821 metros sobre el nivel del mar, en el punto conocido como Umbría Alta, que acoge en sus faldas a Grisel. Arriba, en lo alto del monte, se encuentran dos miradores naturales desde los que se divisa toda la comarca: mirador de la Diezma Norte y mirador de la Diezma Sur. Desde uno podemos ver el Moncayo aragonés y desde el otro la Depresión del Ebro.
Desde la Diezma podremos tener una vista panorámica de todo el entorno. Además, el monte ha sido utilizado para usos agrícolas y ganaderos y se han hecho repoblaciones forestales en estos últimos años a base de pino, carrasca y coscoja. En sus campos y alrededores se pueden hallar casillas de pico: construcciones de piedra hechas por los agricultores en los sitios de labranzas para protegerse de las inclemencias del tiempo. La mayor parte de estas construcciones están en mal estado. En su cima se encuentran imponentes molinos de viento, parte de un parque eólico para la producción de energía eléctrica.

Junto al Castillo de Grisel, en la calle El Castillo, se encuentra una magnífica piscina que puede disfrutarse durante todo el año, porque está climatizada. Lo más interesante es que resulta gratuita para quienes se hospeden en el Castillo. Además de relajarte en sus instalaciones, ofrecen servicio de cafetería.