Gelsa: Un Viaje a la Historia y la Devoción

Con una población de 1007 habitantes, Gelsa se alza como un lugar que mezcla historia, arquitectura y devoción en cada rincón. Su casco antiguo, conocido como el «barrio morisco», es un auténtico viaje en el tiempo, donde las viviendas musulmanas se agruparon después de la reconquista. Sus calles estrechas y edificaciones que se extienden sobre las calles, conocidas como «cubiertos», cuentan la historia de este lugar.

La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, una joya arquitectónica, fue erigida en el último tercio del siglo XVII y renovada en 1863. Su construcción en ladrillo, tapial y sillar es un testimonio de la maestría arquitectónica de la época. El interior de la iglesia alberga una reliquia especial: la «Santa Espina», que según la leyenda proviene de la corona de espinas de Jesús de Nazaret.

El antiguo convento de las monjas Clarisas, erigido en 1621 por orden del Marqués de Osera, ya no existe, pero su legado perdura en la historia local.

La ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso, patrona de Gelsa, se levanta con fábrica de ladrillo y tapial. Esta estructura del siglo XVIII fue reconstruida después de ser quemada en 1936 y sigue siendo un lugar de profunda devoción.

En cuanto a la arquitectura civil, el Ayuntamiento y la casa palacio de la familia Funes, que data del siglo XV, son testigos del pasado y la elegancia de Gelsa.

Las festividades en Gelsa son un momento especial para sumergirse en la cultura local. La fiesta de primavera en honor a San Pedro Mártir de Verona, la festividad de la «Santa Espina» y las fiestas mayores en honor a la Virgen del Buen Suceso son oportunidades únicas para experimentar la esencia de este lugar. Gelsa es un destino que combina historia, religión y tradición en un marco impresionante que te transportará en el tiempo