Atravesando el arroyo y ya en el barranco, el sendero sigue su ascenso, aunque de forma poco pronunciada, y se enfila hacia dos ermitas más: la Ermita de Escaronillas y la Ermita de las Arrodillas (o de las Rodillas ya que así la conoce mucha gente). Ambas son muy pequeñas y la segunda está construida sobre una roca que, según la leyenda, sirvió para que Santa Orosía, perseguida, hincase en ella sus rodillas y se pusiese en oración. Su perseguidor, al llegar a la roca y no conseguir a la bella muchacha, tuvo un ataque de cólera y le dio de machetazos a la piedra con tanta furia que le hizo cortes profundos. Tanto las marcas de las rodillas de la santa como las de los machetazos pueden verse en la roca. Si quieres abundar en la historia de Santa Orosía puedes visitar el sitio web Piedras Sagradas donde encontrarás más información.

En el intervalo del sendero entre las dos ermitas, mira hacia el valle de Basa: es muy bonita. Luego de pasar la Ermita de las Arrodillas y de un trecho de sendero, verás a la derecha una pequeña senda que te llevará hasta la Cruz d`a Gualda. Desde este punto hay una hermosísima vista del valle.

De vuelta al sendero por el que venías continuará el ascenso, verás una gran pared de roca. Allí está nuestro destino inicial: la Cascada del Chorro, en el que, además, están las ermitas rupestres de la Cueva y San Cornelio. Ya estamos en la pared de piedra que vimos hace un rato. Por esta se despeña un arroyo creando la cascada que contemplamos. Debe tener no menos de 30 metros de caída y cuando el caudal del arroyo aumenta, el volumen del cuerpo de agua es mayor, haciendo todavía más hermoso el conjunto de naturaleza y espiritualidad.

Podemos pasar por detrás de la cascada y es una impresionante experiencia: estamos tapados por una persiana de agua y las gotas, cual prismas, esparcen los colores de la luz.

La siguiente ermita que encontrarás es la de la Cueva. Su interior está hecho por completo de la mole rocosa en la que estamos. Aun cuando parece muy pequeña, el espacio interno es más grande de lo esperado. Luego, unos pocos metros más abajo, está la segunda ermita de esta parte del recorrido, que es la de San Cornelio. Esta sí es pequeña. Tuvimos la suerte de conseguirlas abiertas.

Al salir de la Ermita de San Cornelio puedes decidir entre devolverte, lo que harás por la misma ruta por la que has estado caminando, o avanzar hasta la Ermita de Santa Orosía. Si la opción que eliges es la de continuar encontrarás más ermitas mientras avanzas por un sendero hermosísimo. Verás las ermitas de San Blas, de Santa Bárbara, de la Cruz o de O Zoque; al final del sendero, está la de Santa Orosía Aquí, en una pradera preciosa, con el pico Oturia de fondo, es la ermita final de la ruta. De sobria arquitectura, nos recibe inmutable, silenciosa.

Hasta este punto habrás hecho casi 6 kilómetros de sendero. Y es un excelente momento para descansar, comer un bocadillo y beber agua. También para meditar o simplemente elevar una oración y agradecer que paisajes tan bellos como este existan en estas tierras.

Por último, el retorno será por el mismo sendero por el hiciste el ascenso. Baja con cuidado. Yebra de Basa te espera.