La estación fue construida en 1928 para comunicar España con el resto de Europa a través del túnel de Somport. Por ella han transitado desde pasajeros corrientes hasta espías y militares, resultando un lugar misterioso emplazado en un ambiente cinematográfico. Cuando la parte francesa estuvo bajo el control del ejército nazi, por Canfranc circulaban los trenes que llevaban wolframio gallego, un recurso clave a nivel militar, para construir blindajes y revestir los tanques Alemanes. En sentido contrario marchaban trenes con toneladas de oro hacia España durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial. En 1970 un tren de mercancías descarriló en el lado francés provocando el derrumbe del puente de L’Estanguet, en su momento la causa fue muy cuestionada. A partir de entonces finalizó su actividad hasta que recientemente se han realizado labores de rehabilitación, incluyendo la construcción de un hotel con 103 habitaciones.

Desde el pueblo podemos encontrar sencillas rutas a través de bosques de pinos, castaños y hayas, por el camino podrás disfrutar de las maravillosas vistas del valle y las obras de los diques de contención de aludes. Una de estas rutas culmina en la cascada denominada Cola de Caballo.
Por otro lado, para los excursionistas más experimentados, encontramos la ruta hacia el Ibón de IP, uno de los circos más impresionantes del Pirineo Aragonés. Situado a 2115 m de altitud, con un desnivel marcado, implicará un esfuerzo medio, pero cuando estés rodeado de las inmensas cumbres y de sus aguas ten por seguro que merecerá la pena.

Situadas a tan solo 4,2 km y 14,3 km de Canfranc se encuentran respectivamente las estaciones de Candanchú y Astún. Ambas cuentan con un área esquiable de más de 50 Km y tienen nieve gran parte del año. Por lo tanto, podrás practicar el esquí en todas sus variantes como el snowboard, excursiones con raquetas, esquí de fondo, motos de nieve, paseos en trineo o simplemente comer o beber algo y disfrutar de las vistas en sus locales de restauración y ocio nocturno.

Históricamente, Canfranc ha acogido a todo tipo de viajeros, dada su condición fronteriza. Incluso se conoce que había un albergue privado de finales del siglo XI. A través del municipio pasa un tramo del Camino de Santiago Aragonés. Comienza a descender el valle desde la frontera con Francia, alcanzando enseguida las ruinas del hospital de Santa Cristina de Somport, considerado uno de los más destacables del camino. Después continúa el itinerario hasta la Estación de Canfranc, pasando por el fuerte de Coll de Ladrones y continúa hasta Canfranc, donde se encuentra el Puente de Peregrinos por encima del río Aragón.

En el municipio de Canfranc se ubican varias estructuras militares cuya función era la defensa de las nuevas vías de comunicación con Francia. Entre estas fortificaciones se encuentra La Torreta de los Fusileros, la cual podía albergar hasta 25 artilleros o el Fuerte de Coll de Ladrones, con sus dos baterías de cañones. Están situadas en el terreno conocido como los Arañones.

También tenemos que destacar la Ruta de los Búnkeres, dentro de la Organización Defensiva de los Pirineos o Línea P. Es considerada parte de la obra militar defensiva más grande de España después del periodo de la Segunda Guerra Mundial, aunque nunca llegó a entrar en servicio. Uno de los búnkeres más grandes es el C-1, el cual tenía capacidad para contener un cañón antitanque en su interior. Además encontraremos otros búnkeres llenos de ametralladoras y fusiles para su defensa. Estos asentamientos recorren la ruta de la pista a Picaubé, que enlaza con el Paseo de los Melancólicos.